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Sube a la nave. Irremediablemente ausente.

Pesadilla

        Se puede decir que eran aproximadamente las once de la mañana. Me desperté sobresaltada de mi sueño y volví a la realidad. O eso creía. No reconocí el lugar donde estaba. La habitación era fría y la cama tenía una altura normal, no de un metro como la mía. El pijama que llevaba puesto no era el mío. Las pulseras de mi mano derecha no eran mías. Miré a la mesilla y vi que el reloj no era el que me había regalado mi madre por mi 20 cumpleaños, era otro. Miré mis dedos y eran más pequeños, no eran dedos de taquígrafa o de pianista, largos y ágiles, eran más pequeños y rechonchos, ¡y tenía las uñas largas y pintadas de rosa! Me asusté, me asusté mucho. Seguí explotando mi nuevo yo, y todos los cambios que había sufrido. Debía de medir unos 10 o 12 cm menos y pesar algo así como 60 kg (estimo). Esto no me agradó, me gusta mi altura y ahora me sentía un poco pequeña... De repente me di cuenta de que me estaba orinando. Mierda, tendría que levantarme, ir al baño y mirar mi nuevo yo en el espejo. No quería, no me iba a gustar, seguro. Pero no tenía elección, no aguantaba más. Me levanté y vi en la estantería una foto. Era yo (la nueva) en la foto de la orla. Había estudiado Administración y Dirección de Empresas... SHOCK... Era rubia... SHOCK 2... Iba super-pintada... SHOCK 3... Me empecé a marear.... Mientras me apoyaba en la pared y caía lentamente al suelo, mi último pensamiento antes de desmayarme fue, ¿qué mierda de sueño es este?

3 comentarios

Zendir -

¡Tung! Escribe más relatos, se te da genial ...

gux -

Jar! me he quedado embobado leyéndolo! muy bueno tu relato

Zendir -

Me ha encantado tu relato. Y me parece súper curioso que lo que para ti es una pesadilla sea el sueño de muchas xD

Besos.